No pensarme
Toda la gente que soy es mi derrota.
Acumularon sus huesos de almas
para que descubriera en la mía
el mapa escondido que lleva a ningún lado.
II
Ríovidamoléculaquintaesenciagranitodearenauniversosemejansaenelcristal…
¡Te inventé con miles de nombres!
¡Ah, el secreto violado que tanto disgusto ha causado!
La mujer que amó la fruta, descubrió en su sexo mi nombre
y pecó por el placer de pronunciarlo.
Fue un pecado terrible
dulce como la puñalada
que originó las voluntades
bendecidas por el libre albedrío.
Cada quien decidiendo
emancipando la ignorancia
o creando abrevaderos
para las aves de estación.
A todos le digo que también soy tu
Y que te hice a mi imagen y semejanza,
pero me clavan incrédulos
en cada una de mis vidas.
Nadie puede ser él…o ella…
puedes jurarlo y no lo harás en vano.
III
Alzo con todos,
a uno y otro lado,
en aguas de sangre
el sino de la humanidad.
¿Por qué soy tan tu?
¿Por qué me inmolan?
¿porqué soy todos los que soy?
El mundo en mi muerte está derrotado.
IV
El puntito celeste que miro en tu vientre
estalla con todos los nombres
clavados en la cruz,
arrodillados frente al muro impasible,
filosofados en la absurda barriga al aire,
inmolados por un paraíso fundamental,
la punta de la testa resguardada del cielo
-con su grey elegida para la tortura-
o confundidos en la dualidad negada
a ser un todo con lo creado
-donde mejor río soy -.
V
Si no me pienso, estaré a salvo,
Pero no lo sabré.
Claudio Cohen
Publicado el septiembre 5, 2011 en Poesia. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.
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